El bajo rendimiento escolar es uno de los problemas que más preocupa a los padres y docentes. Las causas pueden ser varias, pero las más comunes derivan de aspectos emocionales y afectivos, y dentro del primer grupo, destaca la falta de motivación.
Es importante plantearse preguntas como: ¿Cómo saber si un niño o niña está motivado a la hora de estudiar? ¿Qué es lo que los motiva motiva mas? ¿se siente triste por alguna razón que no expresa? ¿tiene dificultades de aprendizaje?
Motivar a estudiar a los niños no es una tarea sencilla para padres ni educadores, sin embargo, cada vez es más frecuente ver comunidades de escuelas y docentes, que se salen del marco establecido, son creativos e innovadores y consiguen que los niños acudan a la Institución educativa con entusiasmo por aprender y adquirir nuevos conocimientos. La motivación hace parte de los dispositivos básicos para el aprendizaje y el motor que impulsa las ganas de aprender.
La Institución educativa a la que el niño/a asistente también es un factor motivante o desmotivante según la experiencia que el niño viva en ella. Por eso, es fundamental conocer el PEI (proyecto educativo institucional) y el manual de convivencia, que son las cartas de navegación institucionales y ellos nos informan el plan de estudios, las metodologías de enseñanza, las formas de evaluación, los valores que promueven, los deberes y derechos, los proyectos escolares que se desarrollan durante el año y los planes de aula que informan de los temas a trabajar en cada periodo etc.
Algunas pautas para fomentar la motivación en los niños son:
1.- Hablar con ellos.
Lo primero es descartar que la causa de la falta de motivación es consecuencia de algún aspecto emocional que necesite una solución específica: Un conflicto familiar; una pérdida; una separación; un problema de integración en la escuela, que estén siendo victimas de acoso escolar etc.
También la desmotivación puede tener origen en alguna dificultad de aprendizaje relacionada con lo biológico: dificultad en la atención y concentración, en la memoria, en el lenguaje, alguna discapacidad o trastorno del aprendizaje que habrá que descubrir a través de una visita al medico o especialista.
2.- Fomentar la pasión por el aprendizaje.
Usted puede ser su mejor ejemplo, por lo que nada mejor que ellos lo vean interesado por adquirir nuevos conocimientos, mostrando interés por sus trabajos, ofreciéndole nueva información, compartiendo una visita a la biblioteca, una librería, museos, etc. o navegando por internet. Cada vez hay formas más dinámicas de acercarse a la cultura, sin olvidar nunca el maravilloso hábito de la lectura.
3.- Organizar un lugar para el estudio.
Es importante tener un lugar organizado para el estudio, en lo posible que sea una zona despejada, luminosa y sin muchas distracciones. Mantener el orden y la limpieza facilitará la concentración y le ayudará a rendir más en el estudio.
4.- Poner normas claras para fomentar un hábito de estudio: establecer tiempos, las pausas, elaborar una rutina y organización de las tareas.
Lo ideal es comenzar después de alguna comida o cuando haya descansado un rato, porque así tendrá energía suficiente para elaborar las tareas. Hacer una lista de chequeo con todas las tareas a realizar según las materias y marcar con una cruz las que ya están listas permite visualizar lo que se hizo y lo que falta, se pueden clasificar por su importancia y dificultad. Son importantes las palabras positivas y de aliento que le ayuden a llevar la tarea a cabo y expresarle que siempre encontrara apoyo o ayuda cuando lo necesite.
5.- Ayúdele a descomponer una tarea en pequeños pasos que sean fáciles de realizar.
Es una forma muy útil de motivarse. Así se animará a continuar con cada meta conseguida. Los niños con bajo rendimiento tienden a agobiarse y desmotivarse rápidamente frente a una actividad que consideren muy larga, amplia, aplazándola continuamente e incluso no realizándola.
6.- Valore su progreso personal, por encima de la nota final.
Lo importante es que se supere y que mantenga la motivación por el aprendizaje. La mejor recompensa al esfuerzo es el reconocimiento. Una sonrisa, un abrazo y un elogio, saben mejor que cualquier regalo. Y lo más importante: Que disfrute de la sensación de satisfacción obtenida de la superación y el trabajo bien hecho.
7.- Enséñele a tolerar la frustración y el fracaso cuando se equivoque.
Muchos niños no toleran cometer un error. En estos casos es importante estar con él, tranquilizándole y ayudándole para que lo vea como una oportunidad para mejorar, tomando conciencia de la causa, creando y planificando posibles soluciones que le puedan ayudar a evitarlo en el futuro.
8.- Descubra su estilo de aprendizaje y encuentre apoyo en él.
Todos aprendemos de diferente manera, a nuestro ritmo (lento o acelerado) y estilo personal (visual, auditivo, kinestésico o combinados). Todos tenemos distintas tendencias y preferencias para realizar el acto de recibir, recopilar, procesar, comprender, asimilar, memorizar la información y transformarla en conocimiento.
Si no comprende un tema entonces utilice diferentes canales (video, canción, mapa conceptual etc.) para mostrarle la información del tema, así refuerza el conocimiento. Es importante que sus docentes sepan cómo el estudiante aprende mas fácilmente.
9.- Mantenga el contacto permanente con sus docentes.
La comunicación con sus docentes es fundamental. Es importantísimo conocer su actitud en la institución educativa, su interés por las diferentes materias, y por supuesto, sus relaciones con los compañeros y demás maestros. Su docente tutor de grupo seguro puede darle buenos consejos que ayuden a mejorar su rendimiento académico.
REFERENCIAS
https://maestradecorazon.com/pautas-para-elevar-la-motivacion-y-el-rendimiento-escolar
No hay comentarios:
Publicar un comentario